La eterna burocracia argentina

Ilustración sobre la burocracia argentina Ilustración creada por @friktoy, inspirada en la estética de Pink Floyd.

“La burocracia se convierte en un fin en sí misma cuando olvida a quién debe servir.” — Max Weber, 1922

Hay enfermedades sociales que no matan de golpe, pero que desgastan día a día. La burocracia argentina es una de ellas.
Te agota sin que te des cuenta, o te mata de un infarto esperando en una ventanilla que nunca avanza.
No tiene rostro, pero se filtra en cada trámite, en cada formulario, en cada oficina que pide “un papel más”.

🌀 El laberinto que frena todo

La burocracia impide que un médico atienda rápido, que una vacuna llegue a tiempo, que un docente cobre lo que merece o que una pyme contrate sin ahogarse en permisos.
Según el Banco Mundial (2023), Argentina se ubica en el puesto 119 de 190 países en facilidad para hacer negocios, principalmente por la “excesiva regulación administrativa y la multiplicidad de organismos con funciones superpuestas”.

El economista Friedrich Hayek advertía que los sistemas hiperregulados terminan asfixiando la iniciativa individual.
En nuestro país, esa advertencia se cumple al pie de la letra: la creatividad se frena en la puerta de mesa de entradas.

⚖️ Cuando la eficiencia se vuelve sospechosa

En el Estado argentino, la eficiencia no se premia; se sospecha de ella.
Las normas se acumulan como capas de desconfianza.
“Hay una cultura del control, no de los resultados”, escribió Oscar Oszlak, investigador del CONICET y pionero en estudios sobre administración pública.

Un trámite puede pasar por diez escritorios antes de resolverse.
Cada paso busca “garantizar transparencia”, pero lo que garantiza, en la práctica, es lentitud y desánimo.
Como ironizó el periodista Carlos Pagni en La Nación, “el Estado argentino tiene más sellos que soluciones”.

🧩 Universidades, hospitales, jubilaciones: un espejo de exceso

Por cada profesor que entra al aula, hay decenas de empleados que nunca pisan una clase.
En las universidades nacionales, los datos oficiales del
Ministerio de Educación (2022)
muestran una proporción promedio de 1 docente por cada 8 administrativos, aunque en algunos casos la relación llega a 1 por cada 20.

En los hospitales públicos, ocurre algo similar: por cada médico hay más de 40 empleados de apoyo y administración, según un estudio de la
Asociación Argentina de Economía de la Salud (AAES, 2021).
Y en la ANSES, el organismo encargado de pagar jubilaciones, existen más de 14 mil empleados para procesar beneficios que en gran parte podrían automatizarse.

“La burocracia no es solo ineficiencia: es también desigualdad. Porque los más pobres son los que más tiempo pierden.” —
Informe CEPAL, 2020

💼 La burocracia moral

El problema no es solo técnico, sino ético.
Como recordaba Peter Drucker, “la mayor parte de los problemas en una organización no son de personas, sino de gestión”.
En Argentina, muchas veces el Estado no elige a los más competentes ni a los más honestos.

No todos roban dinero. Pero muchos roban tiempo, energía y vocación.
Son los que hacen cosas para ellos el 90% del tiempo, los que confunden estabilidad laboral con impunidad.

“En la burocracia no hay soluciones, solo demoras pagadas con dinero ajeno.” — Thomas Sowell

🔧 La primera reforma pendiente

Argentina no podrá hablar en serio de justicia social, innovación o crecimiento mientras no reforme su estructura estatal.
Revisar su burocracia no es un capricho tecnocrático: es un acto de justicia y honor.
El filósofo Amartya Sen sostuvo que “la libertad real de las personas requiere un Estado que funcione, no uno que las paralice”.

Reducir la burocracia es liberar talento, energía y dignidad.
Porque ningún país puede prosperar si su sistema está diseñado para impedir que las cosas funcionen.
Y en la Argentina, eso —lamentablemente— sigue siendo una verdad de todos los días.


📚 Fuentes consultadas


Carlos Dagorret es Técnico Superior en Administración de Universidades,
trabajador estatal y Director de Servicios Informáticos de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC).
Ilustración creada por @friktoy, inspirada en la estética de Pink Floyd.

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