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Ciencia para sanar, sombras para brillar: cuando el descubrimiento choca con el poder

La ciencia, en su sentido más noble, no nace de la ambición de premios ni del cálculo de patentes. Nace del impulso de comprender y de aliviar. Es un servicio —a la salud, a la verdad, al futuro— que pide humildad.
Pero en la historia de ese servicio abundan también las bajezas: jerarquías que sofocan, sesgos de género, apropiaciones del mérito, intereses comerciales que se imponen al rigor.
El “espíritu del descubridor/creador” es el que se atreve a mirar lo que nadie mira, a sostener la curiosidad incluso cuando el poder la castiga.

A continuación, diez historias. Ocho son ya historia escrita; dos están ocurriendo hoy mismo. Todas muestran la tensión entre la ciencia como servicio y la ciencia como sistema de poder.


1. Albert Schatz y la estreptomicina: la cura traicionada (1943–1952)

En 1943, en un sótano de la Universidad de Rutgers, el joven Albert Israel Schatz, de 23 años, aisló a partir de un cultivo de suelo una sustancia activa contra el bacilo de Koch. La estreptomicina fue el primer antibiótico efectivo contra la tuberculosis humana, responsable entonces de millones de muertes anuales.
Su director, Selman Waksman, patentó el hallazgo, registró las regalías y en 1952 recibió en solitario el Premio Nobel de Medicina “por el descubrimiento de la estreptomicina” (The Lancet, 2005). Schatz, indignado, demandó judicialmente. Obtuvo una fracción simbólica de las regalías y el reconocimiento póstumo como codescubridor.
El propio tribunal que falló a su favor habló de una “injusticia institucionalizada”.

Por qué importa: el descubrimiento salvó millones de vidas, pero la recompensa fue absorbida por las jerarquías del laboratorio. El caso ilustra cómo la estructura académica puede apropiarse del esfuerzo individual bajo el disfraz del “trabajo en equipo”.

2. Rosalind Franklin y la fotografía robada (1952–1962)

En 1952, Rosalind Franklin tomó en el King’s College de Londres la famosa Foto 51, un patrón de difracción de rayos X que revelaba la forma helicoidal del ADN. Su colega Maurice Wilkins mostró la imagen sin su consentimiento a James Watson y Francis Crick, quienes elaboraron el modelo de la doble hélice.
Diez años después, el Nobel 1962 fue otorgado a ellos tres; Franklin había muerto en 1958 y, según las reglas, el premio no se concede póstumamente.
Décadas más tarde, la revisión de los cuadernos de laboratorio demostró que su trabajo había sido decisivo (National Geographic, 2013; Nature Reviews Genetics, 2020).

Por qué importa: el ADN es la piedra angular de la biomedicina. El episodio recuerda que la ciencia no sólo requiere datos, sino ética del reconocimiento.

3. Banting, Best y la insulina: curar la diabetes, repartir la gloria (1921–1923)

El cirujano Frederick Banting y el estudiante Charles Best lograron aislar la insulina en perros pancreatectomizados, y junto al bioquímico James Collip lograron purificarla para uso humano.
El Nobel de Medicina 1923 fue concedido a Banting y John Macleod, jefe del laboratorio. En protesta, Banting compartió su mitad del premio con Best; Macleod, con Collip (Nobel Archives).

Por qué importa: el hallazgo permitió que la diabetes pasara de sentencia a enfermedad crónica, pero el reparto del mérito reveló las grietas éticas en la ciencia aplicada.

4. Lise Meitner: la física que explicó la fisión y fue borrada (1938–1944)

En 1938, tras huir del nazismo, Lise Meitner calculó junto a su sobrino Otto Frisch la ecuación energética de la fisión nuclear, interpretando correctamente los experimentos de Otto Hahn.
El Nobel de Química 1944 fue otorgado solo a Hahn. Documentos posteriores mostraron que la idea interpretativa había sido de Meitner y Frisch (Science History Institute, 2018).

Por qué importa: Meitner rehusó participar en el Proyecto Manhattan. Su lección ética es doble: comprender la materia no implica desentenderse del uso que se hace de ella.

5. Chien-Shiung Wu y la paridad quebrada (1956–1957)

La física Chien-Shiung Wu realizó el experimento que demostró que la paridad no se conserva en el decaimiento beta, confirmando la hipótesis teórica de T. D. Lee y C. N. Yang.
Ellos recibieron el Nobel de Física 1957; Wu fue omitida. Años después, el American Physical Society reconoció su rol experimental como “imprescindible” (AIP Archives).

Por qué importa: sin su precisión experimental, la física moderna no sería la misma. Un caso clásico de invisibilización del trabajo femenino.

6. Jocelyn Bell Burnell y los pulsos del universo (1967–1974)

En 1967, mientras analizaba kilómetros de registros de radio, la doctoranda Jocelyn Bell Burnell detectó una señal rítmica imposible de atribuir a ruido: el primer púlsar.
El Nobel 1974 fue para su supervisor Antony Hewish y Martin Ryle. Bell Burnell quedó fuera, aunque su nombre figuraba en el artículo original.
En 2018 recibió el Breakthrough Prize y donó los tres millones de dólares a becas para mujeres y minorías (University of Cambridge, 2018).

Por qué importa: es la reivindicación de la mirada atenta. Ciencia como paciencia, no como poder.

7. Henrietta Lacks y las células inmortales (1951–actualidad)

Henrietta Lacks, mujer afroestadounidense tratada por cáncer cervical en 1951, jamás supo que sus células serían extraídas sin consentimiento.
Su línea celular HeLa resultó “inmortal”: permitió desarrollar vacunas, terapias génicas y fármacos oncológicos.
En 2013, el NIH estableció un acuerdo con sus descendientes para el control del acceso a los datos genómicos (NIH Press Release, 2013).

Por qué importa: ciencia útil que nació de una falla ética. El progreso no exime de responsabilidad moral.

8. Ignaz Semmelweis: la higiene que la autoridad rechazó (1847–1865)

El obstetra Ignaz Semmelweis demostró en 1847 que el simple lavado de manos reducía en más de un 80 % la fiebre puerperal.
Fue ridiculizado, destituido y murió internado en un manicomio.
Solo décadas después, Pasteur y Lister confirmaron sus observaciones (Britannica).

Por qué importa: verdad incómoda contra autoridad establecida. Descubrir a favor de la vida y contra el prestigio.

9. CRISPR: la guerra moderna por el ADN (2012–2025)

El sistema CRISPR-Cas9, desarrollado por Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, revolucionó la edición genética.
En 2020 recibieron el Nobel de Química, pero la disputa por las patentes entre la Universidad de California y el Broad Institute continúa.
En mayo de 2025, un tribunal federal reabrió el caso (Reuters, 2025).

Por qué importa: este conflicto define quién controlará el acceso a terapias génicas potencialmente curativas.

10. Alzhéimer: fraude, prisa y captura regulatoria (2006–2025)

a) El fraude de las imágenes

En 2006, un paper en Nature describió la proteína Aβ*56 como clave en el Alzhéimer.
En 2022, Science reveló manipulación de imágenes; en 2024 se inició la retractación (Science, 2022; Nature, 2024).

b) La prisa regulatoria

En 2021, la FDA aprobó Aducanumab (Aduhelm) con evidencia insuficiente.
El Congreso investigó en 2022 y la OIG criticó el proceso en 2025.

Por qué importa: la bajeza no fue robo, sino pérdida de rigor ante la presión del mercado y la desesperación social.


Epílogo: por qué seguimos creyendo

Las diez historias muestran que la ciencia es humana, demasiado humana. Pero también que su poder curativo es incomparable.
Los errores, las injusticias y los sesgos no niegan su valor: lo afirman, porque nos obligan a corregir, a institucionalizar la ética, a educar el carácter tanto como el método.

Creer en la ciencia no es creer en su pureza, sino en su capacidad de autocorrección.
Por eso seguimos en ella: porque, aun entre sombras, sigue siendo el camino más honesto para servir a la vida.


Referencias

  • The Lancet (2005). “Albert Schatz and the discovery of streptomycin.”
  • National Geographic (2013). “The woman who was left out of the DNA story.”
  • Nature Reviews Genetics (2020). “Reassessing Rosalind Franklin’s contribution.”
  • Nobel Prize Archives (1923). “The discovery of insulin.”
  • Science History Institute (2018). “Lise Meitner: the woman behind the split atom.”
  • American Institute of Physics (AIP) Archives. “Chien-Shiung Wu and the parity experiment.”
  • University of Cambridge (2018). “Bell Burnell’s discovery of pulsars.”
  • NIH Press Release (2013). “NIH announces HeLa Genome Data Access agreement.”
  • Encyclopaedia Britannica. “Ignaz Semmelweis.”
  • Reuters (2025). “U.S. court revives CRISPR patent dispute.”
  • Science (2022). “Image manipulation in Alzheimer’s research.”
  • Nature (2024). “Retraction notice for Lesné et al.”
  • Congressional Report (2022). “FDA’s approval of Aduhelm.”
  • Office of Inspector General (2025). “Review of accelerated approval for Alzheimer’s drugs.”

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