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Las esponjas “estornudan” para deshacerse de los desechos y arrojan mucosidad al mar

Diferentes tipos de esponjas en el océano. A. Chondrilla caribensis (incrustante), b. Aplysina archeri (tubo), c. Verongula gigantea (jarrón), d. Xestospongia muta (barril). Crédito: Benjamin Müller

Las esponjas se encuentran entre las criaturas más antiguas de la Tierra y juegan un papel esencial en muchos ecosistemas submarinos.

Una nueva investigación encuentra que las esponjas “estornudan” para limpiar sus canales de agua.

Con cada estornudo, la esponja suelta una especie de moco que es comido por otros animales.

El estudio fue realizado por Niklas Kornder de la Universidad de Ámsterdam (UvA) y colegas, los resultados se publicaron (10 de agosto de 2022) en la revista científica Current Biology .

La evidencia fósil muestra que las esponjas datan de hace más de 650 millones de años, lo que las convierte en uno de los animales más antiguos del planeta.

Al principio pueden parecer criaturas simples, pero las esponjas cumplen un papel clave en muchos ecosistemas submarinos.

Se alimentan bombeando agua a través de una red de canales de entrada y salida en sus cuerpos, filtrando hasta miles de litros de agua de mar todos los días.

Al perfeccionar este proceso, la esponja puede alimentarse de materia orgánica disuelta, una fuente de alimento inaccesible para la mayoría de las demás criaturas marinas.

Comportamiento sorprendente

Después de alimentarse de la materia orgánica disuelta, la esponja produce un portador de desechos similar a una mucosidad.

“Se esperaba que los desechos se liberaran con el agua que sale a través de sus poros de salida”, explica Kornder.

Para estudiar esta teoría, los científicos tomaron muestras de esponjas de tubo púrpura y las colocaron en un acuario para recolectar la mucosidad. También colocaron una cámara para filmar un lapso de tiempo de la superficie de la esponja.

Al analizar las imágenes de video, los investigadores quedaron muy sorprendidos, Kornder comparte: “Cada tres a ocho horas, las esponjas se contraían y luego relajaban sus tejidos superficiales. Al principio, pensamos que nuestro enfoque estaba temporalmente fuera de lugar, pero rápidamente nos dimos cuenta de que los animales estaban ‘estornudando’”.

Las imágenes revelaron que con cada estornudo se libera la mucosidad acumulada y la esponja queda con una superficie limpia.

Aunque el estornudo de la esponja se ha descrito anteriormente, generalmente se pensaba que era una forma en que la esponja regulaba el flujo de agua.

Los lapsos de tiempo también mostraron que la mucosidad salía continuamente de las aberturas de entrada, no de las aberturas de salida, y se transportaba lentamente a lo largo de distintos caminos hacia los puntos centrales de recolección en las superficies de las esponjas.

Mientras buceaban en los océanos del Caribe, los científicos vieron muchas criaturas pequeñas que se alimentaban de la mucosidad rica en energía de las esponjas.

Esto muestra directamente cómo la esponja beneficia a todo el ecosistema al usar la energía de la materia orgánica disuelta en el agua y convertirla en una fuente de alimento para ingresar a la cadena alimentaria.

Un largo estornudo

“Un estornudo de esponja no es exactamente lo mismo que un estornudo humano, porque ese estornudo dura alrededor de media hora”, dice Kornder. “Pero de hecho son comparables, porque, tanto para las esponjas como para los humanos, el estornudo es un mecanismo para deshacerse de los desechos”.

Este tipo de comportamientos muestran la increíble flexibilidad de las esponjas para adaptarse a su entorno que les ha permitido prosperar durante más de 650 millones de años. El equipo planea continuar estudiando el estornudo de esponja.

“Al combinar la microscopía electrónica con estudios histológicos, queremos investigar el mecanismo subyacente”, dice Kornder. También incluirán más especies de esponjas.

Referencia: “Sponges sneeze mucus to shed particulate waste from their seawater inlet pores” by Niklas A. Kornder, Yuki Esser, Daniel Stoupin, Sally P. Leys, Benjamin Mueller, Mark J.A. Vermeij, Jef Huisman and Jasper M. de Goeij, 10 August 2022, Current Biology.
DOI: 10.1016/j.cub.2022.07.017

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